Más allá de la técnica : el valor de lo que no ves

Basado en: Ezzatvar Y, Dueñas L, Balasch-Bernat M, Lluch-Girbés E, Rossettini G. Which Portion of Physiotherapy Treatments’ Effect Is Not Attributable to the Specific Effects in People With Musculoskeletal Pain? JOSPT, 2024

Cuando alguien acude a fisioterapia, suele pensar que el éxito del tratamiento depende de “la técnica”. De si le han hecho ejercicio terapéutico, terapia manual, electroterapia. Sin embargo, cada vez hay más evidencia de que la técnica es solo una parte de la ecuación.

En este artículo buscamos remarcar la importancia de todo lo que rodea el tratamiento: la forma de comunicar, la confianza con el profesional, el contexto en el que se realiza la sesión o incluso cómo el paciente percibe lo que está ocurriendo.

Estos elementos, llamados factores contextuales, no son secundarios. Son parte activa del proceso de recuperación. Y, según los últimos estudios, pueden explicar una gran parte de la mejoría que experimenta una persona durante el tratamiento fisioterapéutico.

Lo importante del contexto

El cuerpo no solo responde a estímulos mecánicos o ejercicios. También interpreta señales, expectativas y emociones.

Cuando una persona se siente comprendida, cuando recibe una explicación coherente de lo que le ocurre y percibe que hay un plan adaptado a ella, su sistema nervioso reacciona de forma diferente. Se reduce la tensión, mejora la percepción del dolor y aumenta la capacidad de movimiento.

El estudio de Ezzatvar y colaboradores (2024), en el que nos basamos para escribir este artículo, analizó distintos tratamientos fisioterapéuticos y encontrando que gran parte del efecto clínico no depende solo del “qué se hace”, sino del “cómo se hace”.

Esto no significa que las técnicas no sean importantes. Significa que la técnica sin contexto pierde gran parte de su potencial terapéutico.

El papel del fisioterapeuta

La fisioterapia moderna no consiste en “aplicar” tratamientos, sino en crear experiencias terapéuticas. El fisioterapeuta actúa como un mediador entre la ciencia, la comunicación y la respuesta del cuerpo.

Guiar el proceso implica saber cuándo intervenir y cuándo dejar que el paciente participe. Implica comunicar con claridad, generar seguridad y promover la autonomía.

En ese sentido, un buen fisioterapeuta no solo domina técnicas, sino que también sabe cómo integrar el entorno, la confianza y el movimiento como parte del tratamiento.

La evidencia actual muestra que, en técnicas pasivas (como la terapia manual o el vendaje), entre el 60 y 80% del efecto puede deberse al contexto, mientras que en terapias activas como el ejercicio, este porcentaje se reduce, ya que intervienen procesos de aprendizaje y adaptación física.

Esto refuerza la idea de que las intervenciones más activas y personalizadas son las que mejor combinan el efecto físico y el contextual. Por eso en Kulture Estudio el objetivo no es aplicar más técnicas, sino dar sentido a cada intervención dentro de un proceso global y coherente.

Hacia una fisioterapia con sentido

Cada sesión de fisioterapia es una oportunidad para educar al sistema nervioso, mejorar la función y recuperar la confianza en el movimiento. La técnica importa tanto como el mensaje, la actitud y el contexto como parte del tratamiento.

En Kulture Estudio trabajamos con esa visión:

• Cada paciente es único.

• Cada proceso se adapta a su momento.

• Cada intervención tiene un propósito.

Preguntas frecuentes

¿Qué son los factores contextuales en fisioterapia?

Son todos los elementos que acompañan a la técnica: la comunicación, la relación profesional-paciente, el entorno, las expectativas y la confianza.

¿Significa que las técnicas no sirven?

No. Significa que su efecto mejora cuando se aplican en un entorno coherente, claro y personalizado.

¿Por qué el ejercicio tiene un papel tan importante?

Porque genera adaptación, aprendizaje y autonomía. Es la herramienta más específica y duradera que tiene la fisioterapia.

¿Qué diferencia a la fisioterapia moderna de la tradicional?

Que entiende el cuerpo como un sistema que aprende y se adapta, y no como un conjunto de estructuras que “hay que arreglar”