Vitamina D, sueño y dolor: una conexión que no deberías ignorar
- Alvaro Rodriguez Franco
- 16 jul
- 3 Min. de lectura
Basado en: De Oliveira DL, Hirotsu C, Tufik S, Andersen ML. The interfaces between vitamin D, sleep and pain. J Endocrinol. 2017. doi:10.1530/JOE-16-0514
En los últimos meses hemos abordado en el blog temas centrados en lesiones musculoesqueléticas como la rotura del LCA o la capsulitis adhesiva Hoy ampliamos nuestro enfoque para explorar una interacción menos evidente, pero crucial en muchos pacientes que acuden a consulta por dolor crónico o fatiga persistente: el vínculo entre el sueño y el dolor, en este caso abordándolo a través de la influencia de la vitamina D en ambos factores.
En esta entrada, desglosamos los hallazgos más relevantes del artículo de De Oliveira et al., 2017 para entender cómo estos tres factores están interrelacionados y qué implicaciones tiene en tu salud y recuperación.

¿Por qué la vitamina D es más importante de lo que parece?
La vitamina D es bien conocida por su papel en la salud ósea, pero su influencia va mucho más allá. Actúa como moduladora de procesos inmunológicos, del sistema nervioso y también del sueño y la sensibilidad al dolor.
Diversos estudios han encontrado que los niveles bajos de vitamina D se asocian a:
Peor calidad del sueño
Mayor sensibilidad al dolor (hiperalgesia)
Mayor riesgo de padecer dolor musculoesquelético crónico

¿Cómo se relacionan el sueño y el dolor?
Dormir mal no solo afecta tu energía. Está demostrado que la falta de sueño profundo y reparador aumenta la percepción del dolor, incluso en personas sanas. Además, en pacientes con enfermedades crónicas como fibromialgia o artritis, la alteración del sueño se convierte en un círculo vicioso que empeora su calidad de vida.
Lo curioso es que tanto el sueño como el dolor comparten rutas fisiológicas y neurotransmisores, como la serotonina o la dopamina. Y aquí es donde entra la vitamina D.
Vitamina D: un puente entre el sueño y el dolor
El estudio de De Oliveira et al. revela que la vitamina D actúa en regiones cerebrales clave para regular el sueño, como el hipotálamo. Además, tiene efectos antiinflamatorios y neuroprotectores que pueden disminuir la sensibilidad al dolor.

Algunos hallazgos destacados:
Personas con niveles bajos de 25OHD (forma activa de vitamina D en sangre) duermen menos horas y tienen menos sueño REM.
Niveles bajos de vitamina D se han asociado con síndrome de piernas inquietas, apnea del sueño e incluso dolor matutino en pacientes con fibromialgia.
La suplementación de vitamina D ha mejorado tanto el sueño como los niveles de dolor en diversos estudios.
¿Qué puedes hacer si tienes dolor crónico o duermes mal?
Consulta tu nivel de vitamina D: un análisis sencillo puede determinar si tienes una deficiencia.
Revisa tus hábitos de sueño: evitar pantallas por la noche, mantener horarios regulares y crear un ambiente oscuro y silencioso mejora tu descanso.
Pregunta a tu médico sobre la posibilidad de suplementar vitamina D, especialmente si tienes dolor crónico o enfermedades autoinmunes.
No subestimes tu descanso: mejorar el sueño puede tener un impacto directo en la percepción del dolor y la recuperación.
Preguntas frecuentes
¿La vitamina D se obtiene solo del sol?
No. También puedes obtenerla de alimentos como pescados grasos, huevos o suplementos, aunque la exposición solar sigue siendo clave.
¿Cómo sé si tengo déficit?
Solo puede saberse con un análisis de sangre. Los síntomas pueden ser inespecíficos: fatiga, dolores musculares, bajo estado de ánimo…
¿Tomar vitamina D mejora siempre el dolor?
No en todos los casos, pero los estudios muestran beneficios especialmente en pacientes con niveles bajos y dolor crónico.
¿La vitamina D sustituye al tratamiento fisioterapéutico?
No. Es un complemento que puede mejorar la recuperación y el bienestar, pero no reemplaza al tratamiento activo y estructurado.
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